Cicatrices de colores en blanco y negro.
Una metáfora a la vida. Una mirada con experiencias.
Autor: Rafael Conejo Lama
Colores en blanco y negro sobre cicatrices en momentos de color. Arcoiris de pasiones y sensaciones que todos sufrimos.
En los singulares molinos de Castilla se enfureció nuestro
más hidalgo que hidalgos tiene Castilla, un origen de España literal en
literatura. Pero sobre todo en la vida. En la experiencia. Es un grado como muestra la ilustración. Sabemos por las arrugas, sabemos por las huellas en la piel.
Pero en hazañas reconocidas de locura en prestigiosa singladura.
En lares de lamentos y consecuencias descritas en corazones
y pensamientos comunes. A todos nos pasa que nos queremos y querernos tantos, tanto
nos mata. Pero sobrevivir a amar en palabras de lo que acontece en la mirada de
miradas, por pensamientos en momentitos, también nos da momentos en vidas de
vida.
Sobre todo, casi todo el mundo ensimisma el ensimismado mundo,
clara finta de color azul que apacigua el naranja de lo que no siendo Holanda,
es sin duda el tejer de todos los que clavan la mirada en pensamientos sublimes
de otras índoles, pero de diversa materia para poder plasmar en plasmas,
cartones y téjales de cuentos. No quiero decir que no sean cuentos los que
contamos. Cuentos que son de cuentas en manglares de ciudades y personas muy
tóxicas. Pero vehementemente hay positivas en el manglar.
Cicatrices de vidas que fueron tomadas de la realidad más
aparente y aparentan la cicatriz más clara de propia realidad. Cicatrices de
guerra, de vida y de liberación para otros.
Sublimes y subliminales mensajes de felicidad. Pero la
pregunta correcta, es:
¿Las cicatrices nos hacen saber más, ser más experimentados?
Cicatrices acertadas, desacertadas, molestas, que marcan un
tatuaje perenne en el cuerpo y en la mente.
Aparentando el sigma de un atardecer en el valle de las
alegrías, en el valle de muchas sombras que comparan la luz con el naranja de
colores más tenues en tejares de ojos e iris más molestos por la molestia de
carrera personal, mención a quien se conceden dichas menciones.
Un poema escrito en la piel de cada persona describe el
síntoma de su propia experiencia, un cv abierto sin fotos y con muchas más en
la encarnada piel.
Hemos sobrevivido muchos, ya ahora nos toca mirar al mundo
con desasosiego y apariencias en callar de callares, en cantar de cantares y
poemas sonoros llenos de música. ¿Por qué?
Se debe reconocer el mundo dentro del panorama artístico de
esta gran metáfora.
Imagina un mundo donde callados todos los que tienen
cicatrices de vida, de heroicidad, de honor, de dignidad, no puedan aportar
nada.
Cicatrices de vida. Es la singular mirada a los colores abstractos
de lo que con pocas palabras se describen muchos acontecimientos. Y sobre todo
describamos opiniones de experiencia. Esperas de experiencias.
Y terminamos con un sólo color de colores. Una cicatriz la vida en la propia vida.
Por un mundo donde se encuentre y acepten a las personas con grandes cicatrices en la toma de decisiones. En la opinión de las vidas que tienen colores más coloridos.
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