sábado, 25 de marzo de 2017

Lobo. Un depredador. Romeo, un lobo que se comió mi corazón.

La historia del Lobo llamado Romeo.

Autor: Rafael Conejo.



Gran especie la Canis Lupus. Derecho de ensenadas en grupos, cazadores en equipo y animales majestuosos de venir y preguntar porqué has llegado y donde estás para hablar de frente a tu enemigo, sobre todo a la hora de comer.

Majestuosos. Grandes animales depredadores. Sin igual de caricias como mamíferos y banderas en los abrazos de canciones de manadas.

Pero el Lobo está en peligro de extinción y no de hombres de inanición de abrazos a hombres que matan lobos, de lobos por matar olvidados de hombres de manos llenas de sangre. 

El perro o bien conocido también como Canis Lupus Familiaris, viene de esas conocidas dríadas que dicen claros  raros de poder amar a los animales en casas, domesticados. Pero son depredadores de los depredadores. Soles de gentes que vamos a celebrar las historias de historias. Dentro de estas historias está la historia de un Lobo llamado Romeo. Un Lobo negro, grande, cariñoso, con gran curvatura de curvaturas entre los canis. Romeo es un Canis Lupus que quería jugar, que quería vivir, que era feliz, amable, depredador entre todos, evidentemente.

Romeo es un animal que robó el corazón de un pueblo. Alaska. Las gentes del lugar saben perfectamente que el Lobo no es cariñoso, es un depredador, salvaje, que es mamífero y que cuando crece come carne, caza en equipo, es inteligente y sobre todo majestuoso.

No es un símil de no ser nadie, pero ser todo en la enredada vida del destino y la fe. Un día en 2004 el fotógrafo Nick Jans y su perro, llamado Dakota se cruzaron con un Lobo negro azabache precioso y no más peligroso, y ocurrió lo que nadie esperaba que ocurriera, en lugar de atacar dicho Lobo negro y peligroso, empezaron a jugar juntos. A partir de ahí comienza esta historia que reflejo en homenaje a Romeo y al fotógrafo Nick que dejó plasmada una historia que hoy nos deja en nuestra habitación de suelos de esperar extrañas emociones.

Erase una vez.......



El lobo, que después fue bautizado como Romeo, permaneció en la zona, Nick dedicó cada vez más sus fotografías y documentar lo que el Lobo, lo que Romeo hacía cada día cuando visitaba la zona.
Romeo se volvió un miembro más de dicha comunidad. Era bien conocido y ya nadie le temía. Todos aparecían por el parque con una animal salvaje, un Canis Lupus negro de olvidos y juegos.



Todo el mundo fotografíaba, dejaba de fotografiar para dejar jugar a sus Canis Lupus Familiaris a toda costa con nuestro amigo Romeo.

Pero sobre todo un gran maestro de la cultura fotográfica, el amigo Nick supo recoger una novela de vivir y volver a las canciones de la larga amistad entre salvajes y depredadores y hombres, así como sus mascotas. Que también son Canis. Pero de otra índole. Sirva de precedente el perder tener enjaulado un animal y no en su hábitat. Romeo quería jugar. El Lobo nos enseñaba que somos parte de esta Naturaleza de esconder medidas de locos y medidas locas., 

Romeo acostumbró a los humanos, no al revés, a traer juegos para esas mascotas. Para todos.


Romeo era uno más sin serlo. Precioso amigo de carreteras cortas de vivir que no importan los locos sin fe y melenas de melancolías de preocupaciones, aves que escaparon a no ser esclavos y  defensas de noches, topos, arañas y roedores de noches . De lobos, de aullidos. Que gran animal y cuando nos enseñó a tocar la gloria


Seguía jugando y respirando con sus amigos, humanos y Canis. 
Pero un día un cazador, un cabrón, por el miedo infundado a cazar, al temor de reñir en lo salvaje en las luces de salones y miedos, le pegó un tiro. Murió. 
Aprendimos y aprenderemos a salir a respirar de seres humanos más salvajes que los propios salvajes.


El último respiro y aullido de Romeo.

Que se entere el mundo. Tu aullido lo sentimos y lo trasladamos Romeo. Eres un ser con alma en mi corazón. Porqué te ganaste el bajar a la servidumbre humana sin contemplaciones y con las constelaciones de poder destruirte, sin saber a lo que te arriesgas. Eras un salvaje inocente en un mundo de odio y muchos te quieros.


Este ser Canis Lupus nos enseñó la actitud y aptitud de las risas, llantos y lluvias en cristales de amarillos paisajes de seres más animales que los propios depredadores que los alimentan.

Defendamos bien las causas que llegan al final de las atormentadas historias de balanzas entre los que pierden el alma y las ventanas de risas contigo en mayos ocultos de verdades.,

Romeo, te llevaremos en nuestros corazones. Evidentemente en el mío estarás siempre. Y por tu causa llevaré al Canis Lupus Familiaris sin sogas, sin piensos y dejaré libres de llantos para convertir en risas las cristalinas lluvias habladas en vosotros. Gracias Romeo.

Una gran persona animal dentro de los daños que nos hacen los animales humanos sin latidos. 
Rafa Conejo, con el alma rota de volver a romper con volver a través de cristales y sueños abatidos por los propios seres humanos.